
Este programa nace en el 1993 y toma su nombre por el Libertador de Israel, ya que es el primer niño apadrinado de quien tenemos registro (Éxodo 2). Ante una situación de riesgo social, como es el edicto de Faraón, que condenaba a muerte a todos los niños hebreos varones, la hija de faraón, rescata a Moisés y proveer los recursos para que primero su familia y después ella misma propiciara el desarrollo integral de Moisés como persona, preparándolo en todos los aspectos de su vida. Esto contribuyó a que Moisés, cuando llegó a ser adulto, estuviera en condiciones de ayudar y servir a su pueblo.
Moisés lleva 25 años trabajando a través de Programas educativos cuya finalidad es dotar al niño/a, mientras esté en este programa de las herramientas, de conocimiento suficientes que le permita en un futuro romper el círculo vicioso de la pobreza en el que ha nacido (Ignorancia>Pobreza>Ignorancia). Al mismo tiempo el niño/a recibe educación en valores cristianos para que su desarrollo como persona sea completo.
Propósito. Favorecer el desarrollo integral de la infancia que vive en situación de riesgo social.
¿Quiénes se benefician con el programa?
Los niños están en el corazón de cualquier comunidad y suponen, en muchas ocasiones, su única esperanza de transformación. Ayudando pues, a los niños ayudaremos a sus familia y por extensión, a las comunidades en las que ellos viven. Se procura trabajar con los niños las cuatro áreas de desarrollo de toda persona: intelectual, física, emocional y espiritual.
Entendemos que para que se den cambios integrales, además de trabajar con los niños, es necesario trabajar también con su entorno más próximo: familia y docentes.
Para conseguir este propósito trabajamos a tres niveles:
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Con los Niños: educación académica y en valores.
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Con los Padres: a través de Escuelas de Padres.
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Con los Profesores: en formación pedagógica.
Y asimismo, consideramos que los niños tienen derecho a estudiar y desarrollarse en espacios físicos saludables y adecuados a sus necesidades. Para ello trabajamos en la mejora de la infraestructura y dotación de equipamiento.
¿Cómo funciona el programa de apadrinamiento?
Tu aportación va destinada a suplir algunas de las necesidades del niño. Esto se hace desde la institución a la cual el niño asiste, bien ayudando a sostener las escuelas y por ende, brindándoles una educación formal, bien proporcionando alimentación nutritiva, bien supliendo otras necesidades que estén lastrando la vida del niño y/o comunidad.
Las necesidades de los niños pueden variar según el país y situación del entorno en el que se encuentren. Por lo tanto la forma de apoyarles se adaptará a su situación particular. Adjuntamos una lista de las distintas maneras de utilizar los fondos para proporcionar programas eficaces.
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Programas de Escuelas: en zonas donde no hay escuelas estatales o éstas son escasa, este programa proporciona una educación forma o a través de escuelas cristianas. además del currículo usual, lo niños reciben formación cristiana y en valores.
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Clubs Infantiles: Promover el desarrollo integral de los niños/as entre los 4 a 14 años que viven en zonas periféricas de Bogotá y en condiciones de extrema pobreza y de alta vulnerabilidad social.
En función del centro y por la módica cantidad de 22 € al mes (0.73€ al día) se contribuye a que niños/as en situación de exclusión social tengan acceso a:
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Educación primaria / Formación Profesional. Educación curricular (Homologada por el Ministerio de Educación de cada País
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Sanidad básica.
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Comida y ropa, si lo precisa.
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Educación basada en Valores Cristianos.
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Capacitación a docentes.
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Formación a los padres
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Mantenimiento, construcción y mejora de la infraestructura del centro.
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Dotación de equipamiento.
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Material escolar y uniformes, si lo precisa.
¿Qué pasa cuándo un niño deja el programa de Apadrinamiento?
Normalmente cuando un niño entra al programa de apadrinamiento, suele continuar hasta que acaba sus estudios, en caso de un colegio, o hasta que haya cumplido los 18 años, en caso de otros programas. Pero puede ocurrir que abandone el programa porque su situación económica ha mejorado y ya no necesita la ayuda, o por situaciones económicas, familiares y de inseguridad que se viven en algunas zonas, los niños y sus familias se ven obligados a trasladarse de barrio o de ciudad, lo que puede ocasionar que salgan del programa.
Cuando esto ocurre, solemos avisar lo antes posible al padrino. Sin embargo, en ocasiones, puede ocurrir que no sea posible avisar hasta después de que el niño haya dejado el programa.
¿Cómo trabajamos?
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Apoyamos a colegios y centros cristianos ubicados en zonas de extrema pobreza.
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Colegios, siempre, vinculados a una Iglesia local.
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El apadrinamiento se materializa, a través del proyecto.
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Trabajamos impactando la vida de los niños, sus familias, su colegio y su comunidad.
¿Dónde estamos?
